La NASA dijo que tiene previsto construir una base permanentemente ocupada en la Luna, posiblemente en el Polo Norte lunar. El hábitat servirá como base científica así como banco de pruebas de tecnologías necesarias para futuros viajes a Marte, y su construcción será posterior a una serie de vuelos a la Luna previstos para comenzar en 2020.
Los planes de cómo lucirá la base y qué es lo que los astronautas harán en ella aún debe ser determinados. Igualmente, la NASA no tiene fijada una fecha para que la base entre en operación.
Los polos de la Luna son preferibles a las regiones ecuatoriales porque poseen temperaturas más moderadas y períodos más extensos de luz solar, un factor vital para los sistemas eléctricos de energía solar que la NASA planea desarrollar. Eventualmente, la energía nuclear podría ser usada para aumentar la potencia o reemplazar los sistemas de energía solar.
Los científicos también suponen que en los polos existen recursos como hidrógeno, hielo y otros materiales que podrían ser usados para soporte vital.
Estados Unidos había anunciado previamente planes de desarrollar nuevas naves espaciales para viajar a la Luna y descender en su superficie desde la última misión Apolo en 1972. También planea proveer un sistema de comunicaciones que conecte la Tierra y la Luna.
Pero la NASA no planea ir a la Luna sola; pese a contar con un presupuesto de alrededor de 16.000 millones de dólares al año, Estados Unidos buscará socios internacionales y comerciales para compartir los gastos y posiblemente proveer componentes, como sistemas de energía adicionales, habitaciones y recursos para viajes a través de la superficie lunar.
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