EL LADO ACTIVO DEL INFINITO - Carlos Castaneda. http://www.formarse.com.ar/
Tenemos un predador que vino y tomó control sobre nuestras vidas; los seres humanos son sus prisioneros.
El
predador es nuestro Amo y Señor. Nos ha vuelto dóciles, indefensos. Si
queremos protestar, suprime nuestras protestas. Si queremos actuar
independientemente, nos ordena que no lo hagamos…
Tomaron
posesión de nosotros para que les satisfagamos sus necesidades y gustos y
nos exprimen sin compasión porque somos su sustento. Así como nosotros
criamos gallinas en gallineros, así también ellos nos crían en
humaneros. Por lo tanto, siempre tienen satisfacción a su alcance…
Los
chamanes dicen que los predadores nos han dado nuestro sistemas de
creencias, nuestras ideas acerca del bien y el mal, nuestras costumbres
sociales. Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y
expectativas, nuestros sueños de triunfo y fracaso. Nos otorgaron la
codicia, la mezquindad y la cobardía. Es el predador el que nos hace
complacientes, rutinarios y egomaniáticos.
Para
mantenernos obedientes, dóciles y débiles los predadores se
involucraron en una maniobra horrible desde el punto de vista de quien
la sufre: ¡nos inculcaron sus ideas! Los predadores nos dieron sus
ideas, que se volvieron nuestras ideas. Y las ideas del predador son
barrocas, contradictorias, mórbidas, llena de miedo a ser descubierta su
ilegitimidad y falsedad en cualquier momento.
-
"Aunque nunca hayamos sufrido hambre tenemos unas ansias continuas de
comer, lo cual no es sino las ansias del predador que teme que en
cualquier momento su maniobra sea descubierta y la comida le sea
negada".
A través de la mente, que después de todo es
su mente, los predadores inyectan en nuestras vidas lo que
sea conveniente para ellos, y se garantizan a ellos mismos, de esta
manera, un grado de seguridad que actúa como amortiguador de su miedo.
Los
chamanes ven a los niños humanos como extrañas bolas luminosas de
energía, cubiertas de arriba a abajo con una capa brillante, algo así
como una cobertura plástica que se ajusta de forma ceñida sobre su
capullo de energía.
Capullo de energía:
Esa
capa límpida y brillante de conciencia es lo que los predadores
consumen, y que cuando un ser humano llega a ser adulto todo lo que
queda de esa capa brillante de conciencia es una angosta franja que se
eleva desde el suelo hasta por encima de los dedos de los pies. Esa
franja permite al ser humano continuar vivo, pero sólo apenas.
Esta
angosta franja de conciencia es el epicentro donde estamos
atrapado sin remedio. Aprovechándose del único punto de conciencia que
nos queda, los predadores crean llamaradas de conciencia que proceden a
consumir de manera despiadada y predatorial: nos otorgan problemas
banales que fuerzan a esas llamaradas de conciencia a crecer, y de esa
manera nos mantienen vivos para alimentarse con la llamarada energética
de nuestras seudo preocupaciones…
Y no nos enfrentamos a
un predador simple; es muy ingenioso, y es organizado. Sigue un sistema
metódico para volvernos inútiles.
El hombre, el ser mágico que
es nuestro destino alcanzar, ya no es mágico; es un pedazo de carne. No
hay más sueños para el hombre sino los sueños de un animal que está
siendo criado para volverse un pedazo de carne: trillado, convencional,
imbécil…
Este predador se nos hace invisible, pero creo que de niños sí los vemos, y decidimos que son tan
terroríficos que no queremos pensar en ellos. Los niños podrían, por
supuesto, decidir enfocarse en esa visión, pero todo el mundo a su
alrededor lo disuade de hacerlo.
La única alternativa
que le queda a la humanidad es la disciplina. La disciplina es el único
repelente. Pero con disciplina no me refiero a arduas rutinas. No me
refiero a levantarse cada mañana a las 5:30 am y a darte baños de agua
helada hasta ponerte azul.
Los chamanes entienden por disciplina
la capacidad de enfrentar con serenidad circunstancias que no están
incluidas en nuestras expectativas. Para ellos, la disciplina es un
arte: el arte de enfrentarse al infinito sin vacilar, no porque sean
fuertes y duros, sino porque están llenos de asombro.
Los
chamanes dicen que la disciplina hace que la capa brillante de
conciencia se vuelva desabrida al predador. El resultado es que los
predadores se desconciertan. Una capa brillante de conciencia que sea
incomible no es parte de su cognición, supongo. Una vez desconcertados,
no les queda otra opción que descontinuar su nefasta tarea.
"Si los predadores no nos comen nuestra capa brillante de conciencia durante un tiempo, ésta seguirá creciendo.
Simplificando
este asunto en extremo, te puedo decir que los chamanes, por medio de
su disciplina, empujan a los predadores lo suficientemente lejos para
permitir que su capa brillante de conciencia crezca más allá del nivel
de los dedos de los pies.
Una vez que pasa este nivel, crece hasta su tamaño natural.
Los
chamanes del México antiguo decían que la capa brillante de conciencia
es como un árbol. Si no se lo poda, crece hasta su tamaño y volumen
naturales. A medida que la conciencia alcanza niveles más altos que los
dedos de los pies, tremendas maniobras de percepción se vuelven cosa
corriente.
"El
gran truco de esos chamanes de tiempos antiguos era sobrecargar la
mente del predador con disciplina. Descubrieron que si agotaban la mente
del predador con silencio interno, la instalación foránea saldría
corriendo, dando al practicante envuelto en tal maniobra la total
certeza del origen foráneo de la mente. La instalación foránea vuelve,
te aseguro, pero no con la misma fuerza, y comienza un proceso en que la
huida de la mente del predador se vuelve rutina, hasta que un día
desaparece de forma permanente. ¡Un día de lo más triste! Ése es el día
en que tienes que contar con tus propios recursos, que son prácticamente
nulos. No hay nadie que te diga qué hacer. No hay una mente de origen
foráneo que te dicte las imbecilidades a las que estás habituado.
Mi
maestro, el nagual Julián, les advertía a todos sus discípulos, que
éste era el día más duro en la vida de un chamán, pues la verdadera
mente que nos pertenece, la suma total de todas nuestras experiencias,
después de toda una vida de dominación se ha vuelto tímida, insegura y
evasiva. Personalmente, puedo decirte que la verdadera batalla de un
chamán comienza en ese momento. El resto es mera preparación…
Voy
a revelar uno de los secretos más extraordinarios de la brujería. Voy a
describir un hallazgo que les tomó a los chamanes miles de años para
verificar y consolidar: La mente del predador huye para siempre cuando un
chamán logra asirse a la fuerza vibradora que nos mantiene unidos como
conglomerado de fibras energéticas.
Si un chamán mantiene esa presión durante suficiente tiempo, la mente del predador huye derrotada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario